Según Condemarín (1999), la comprensión lectora es la capacidad para extraer el sentido de un texto escrito. Agrega además la autora, que dicha capacidad no depende sólo del lector, sino también del texto, en la medida en que este sea demasiado abstracto, excesivamente largo, abundante en palabras desconocidas o con estructuras gramaticales demasiado complejas.
Responde a la pregunta que dice el texto.
Pistas
para formular preguntas literales.
• ¿Qué?
• ¿Quién es?
• ¿Dónde?
• ¿Quiénes son?
• ¿Cómo es?
• ¿Con quién?
• ¿Para qué?
• ¿Cuándo?
• ¿Cuál es?
• ¿Cómo se llama?
Este video te ayudará a reforzar tu aprendizaje sobre la comprensión literal, incluye actividades y ejemplos, los cuales te ayudaran a mejorar tu conocimiento.
Actividades de comprensión literal.
1. 1. CLÁSICOS EN BOCA DE TODOS
Solo leyendo, los niños se vuelven buenos lectores; por un lado, porque
adquieren la habilidad de cuestionar al texto, y por otro, porque se forman un
bagaje cultural que les permitirá relacionar la información que reciben con la
que ya cuentan.
Un niño que conoce los cuentos clásicos y reflexiona sobre ellos, será capaz de reconocerlos en las múltiples reinterpretaciones que se siguen haciendo. Los cuentos que nacieron de la oralidad y fueron retomados por escritores del pasado, siguen teniendo vigencia en nuestra actualidad, porque siguen siendo fuente de reflexiones. Por eso, creemos importante que los niños desarrollen su comprensión lectora a la vez que conocen los cuentos clásicos que siguen en boca de todos.
Ahora responde:
1.
¿Recuerdas algún cuento
antiguo? ¿Cuál?
2.
¿Por qué crees que se siguen
contando los cuentos clásicos?
3.
¿Por qué será que estos cuentos
nos siguen gustando?
2. Caperucita Roja
Nadie
sabe su nombre, solo sabemos que era una niña que vivía cerca de un bosque un
poco frío. Esto lo intuimos porque siempre se cubría con una caperuza, que es
una especie de capa con gorro. Suponemos que esta niña era linda o así nos
gusta imaginarla.
Esta niña, además de bonita, era una hija responsable y de buenos sentimientos. Vivía con su madre y, de tanto en tanto, su abuela las visitaba. Un día, su abuela enfermó. Quizá le dio una de esas gripas que hacen que no podamos salir de la cama. La madre de Caperucita Roja, preocupada por la abuela, le preparó unas ricas galletas de jengibre. También pudo haberle preparado un caldito de pollo con verdura. Eso no lo sabemos. Pero como la madre tenía mucho trabajo que hacer, le pidió a Caperucita que llevara la canasta con comida a su abuela.
“Vete por el pueblo, aunque sea más largo el camino, y llévale este
refrigerio a tu abuela”, dijo la madre a Caperucita, confiando en ella. A punto
de tomar la senda indicada, se le hizo fácil optar por la vía corta: el bosque.
Así fue que se adentró entre pinos y oyameles muy contenta por su decisión y
con su cesta en la mano. A mitad del camino, salió a su encuentro un lobo, que
le preguntó con demasiada amabilidad: “¿Adónde vas, querida?”
Confiando en el desconocido, la niña le contó con todo detalle adónde y
con quién iba.
A ese lobo, que estaba muy hambriento, se le ocurrió que sería fácil
comerse a una abuela desvalida; luego a la niña, de postre; y, para llenar ese
último huequito, las viandas de las canasta. El lobo se despidió con la misma cordialidad
y se apresuró a llegar a casa de la abuela. Entró a la casa, encontró a la
abuela y de un bocado...
¿Qué prefieres: el final feliz que escribieron los hermanos Grimm o la versión de Charles Perrault en la que el lobo satisface su hambre?
Ahora responde:
1.
¿Qué decisión crees que debió
haber tomado Caperucita? ¿Por qué?
2.
Imagina que el lobo no es
simplemente un lobo, que representa algo más, ¿Qué podría ser? Un peluche
Un hombre muy malo Un ladrón
3.
¿Por qué la madre le aconsejó a
Caperucita que tomara el camino largo?
4.
Si tú fueras el que te
encuentras con un lobo que simplemente quiere platicar contigo, ¿qué harías?
5. ¿Qué lobos podemos encontrarnos en nuestro mundo actual?
El
lagarto está llorando. La lagarta está llorando. El lagarto y la
lagarta con delantalitos blancos.
Han
perdido sin querer su anillo de desposados. ¡Ay, su anillito de
plomo, ay, su anillito plomado!
Un
cielo grande y sin gente monta en su globo a los pájaros. El sol,
capitán redondo, lleva un chaleco de raso.
¡Miradlos
qué viejos son! ¡Qué viejos son los lagartos! ¡Ay, cómo lloran y
lloran, ¡ay! ¡ay! cómo están llorando!
–
Federico García Lorca
Ahora responde:
1.
¿Quién es el autor de este poema?
2.
¿Quiénes estaban llorando y por qué?
3. ¿Quién es el “capitán redondo”?
4. ¿Por qué les entristecerá tanto haber perdido sus anillos?
4. El sapito
Glo Glo Glo
Nadie
sabe dónde vive. Nadie en la casa lo vio. Pero todos
escuchamos al sapito Glo Glo Glo.
¿Vivirá
en la chimenea? ¿Dónde el pillo se escondió? ¿Dónde canta cuando
llueve el sapito Glo Glo Glo?
¿Vive,
acaso, en la azotea? ¿Se ha metido en un rincón? ¿Está abajo de la
cama? ¿Vive oculto en una flor?
Nadie
sabe dónde vive. Nadie en la casa lo vio. Pero todos
escuchamos cuando llueve: glo... glo... glo…
– José Sebastián Tallón
Ahora responde:
1.
¿Quién es el autor de este poema?
2.
¿Quién es el personaje de este poema?
3.
¿Por qué crees que en el poema se
repiten la primera y la última estrofa? Nadie sabe dónde vive. Nadie en la
casa lo vio. Pero todos escuchamos Cuando llueve: glo... glo... glo...
4.
¿Por qué crees que el sapito se llama
Glo Glo Glo?
5. ¿Dónde suponen todos que se puede encontrar el sapito?
6. ¿En dónde crees tú que vive este sapito?
Que
no suba el caracol ni al rosal, ni a la maceta, ni al almendro, ni a
la flor... Que enseñe los cuernos, que salga de casa, que se estire
al sol. ¡Qué caminitos de plata va dejando el caracol cuando
sale de su casa!
–
Pura Vázquez
Ahora responde:
1.
¿Por qué dice que el caracol no debe
subir ni al rosal ni al almendro ni a la flor?
2.
¿Para qué debería enseñar los
cuernos?
3.
¿Qué te imaginas que sean los caminos
de plata que deja el caracol?
4.
¿Cuál es la casa del caracol?
Escribe un buen título para este
poema_______________________________________
Prieto, M. T.
L., García, I. R., & Serradell, C. B. (2013). Aprender a comprender:
actividades y estrategias de comprensión lectora en las aulas. Revista
española de pedagogía, 309-326.
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